Hoy es el primer día del resto de mi vida.

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Los pelos de punta si te ríes, se me encrespa el corazón cuando me tocas.
Se me nubla el pensamiento con tu mirada, tus recovecos, tus manías y me vuelvo loca...
Amor, mis días son cortos pero mis besos muy largos.

Grazie per tutto.

Las heridas no las ha curado el tiempo, las llagas siguen ahí. El tiempo me ha hecho darme cuenta de lo grandes y profundas que eran las heridas, que dañaron cosas que yo no vi. Que las heridas eran muy grandes y yo muy pequeña. Demasiado pequeña a veces...me sentí muy pequeña.
Todo sigue ahí, en el mismo lugar, y no quiero que desaparezca, que no se las lleve el tiempo. Que lo vea y me recuerde lo grande que soy a veces, que nadie puede hacerme sentir tan diminuta de nuevo. No seré gigante por fuera pero si por dentro.
Gracias, por hacerme olvidar lo que era, gracias por hacerme tan pequeña, porque aunque las comparaciones son odiosas, ahora todo es mucho más grande, más y mejor. Gracias por hacerme apreciar cada detalle el triple, porque el mundo se ve más grande cuando te han encogido, tengo más lugares que recorrer, que sentir, que comerme.
Gracias por hacer que esto sea la mejor decisión de mi vida.

El poder de las palabras.

Lo llaman el Síndrome del folio en blanco, miedo a no tener palabras. Tengo miedo al folio en blanco, a no encontrar las palabras exactas, las adecuadas, porque palabras tengo, revolucionadas en mi cabeza, que me arden en los dedos, estos dedos que quieren escribir pero tienen miedo.
Que no quiero escapar de nuevo de esta adicción que no me deja dormir, de este éxtasis que me proporciona...esto tan inexplicable, para lo que si que no encuentro la palabra exacta. De ahí es de dónde radica mi miedo, al folio, al blanco, al vacío, a la nada, al silencio.

Muérdeme y que me duela, que escueza y me recuerde que estás ahí. Que puedo perderme en mil recovecos para luego encontrarte, como nuevo, de mil maneras cada día, sin caer en lo aburrido, en lo frágil, en lo normal, en lo corriente. Que es bajo la luz que se cuela por las mañanas cuando quiero verte, desnudo, a mi lado, tenue pero caliente. Que se me pongan los pelos de punta sólo de pensarlo, una explosión de emociones que arrase con la habitación, que arrase con todo, y me deje ahí como un torbellino, desorientada, perdida, pero a tu lado.

Que de escaparse se me escapen las palabras y no los días, las formas, los colores, la voz, la vida que poco a poco desvanece por mis dedos pues a veces muero por instantes. Entonces me tocas y tiemblo, pero no tengo miedo, pues sé que estas ahí, a mi lado. Joder, que los días pueden ser duros pero no a tu lado. Seré corriente pero no en la forma de quererte, de marcarte...pues me he dado cuenta de que puedo dejar de ser salvaje, animal, dejar de ser gato para ser un poco perro, dejar de arañar y esquivar...

Tu y yo nunca podremos ser corrientes, pues juntos somos extraordinarios.

Che io resto qui...