viernes, 11 de abril de 2008

¿Por qué Hamlet?


Todos los que deciden en un momento de su trayectoria teatral afrontar esta obra de Shakespeare se plantean la misma pregunta. ¿Que hay en esa obra que nos hace tan vulnerables a las dudas de su protagonista? y ¿qué hay en esa genial creación del autor inglés que nos hace desesperar constantemente intentando definir su rumbo escénico? Surgen respuestas diversas, La mayoría ya contestadas por tantos directores y actores que se enfrentaron al genial texto de Shakespeare. Yo mismo, durante el largo tiempo de preparación y de los ensayos, me hacía constantemente esa pregunta. ¿Que tiene ese texto a parte de las escenas llenas de acción y un sin fin de párrafos memorables rabiosos de actualidad y lucidez? ¿Que es lo que nos une e identifica con ese héroe o antihéroe lleno de preguntas esenciales y ausente de cualquier acción coherente? ¿Es un filósofo? ¿Es un pacifista? ¿Es un misógeno, un inseguro, un inmaduro, incapaz de asumir una responsabilidad? O ¿es un simple poeta perdido en el mundo envenenado por las ansias del poder corrupto? Largos días de ensayos, de reflexiones, de preguntas sin respuestas fáciles y de grandes descubrimientos acerca de un personaje en búsqueda de la esencia del hombre en si, nos han hecho entender que la grandeza de ese texto consiste en su fascinante teatralidad, Sus imperfecciones son los pilares de su genialidad. "Hamlet", la obra. es simplemente y por gracia de un genio una creación teatral. Es decir, una máxima intensificación de la vida. Hamlet no padece, no vive más o menos que cualquier otro ser humano; Pero lo importante es que vive con todo el contenido de su existencia en un instante. Hamlet no es tanto un filósofo, aunque lo podría ser, tampoco es una tesis existencial, ni una metáfora. Hamlet es una naturaleza humana en un estado febril puro de duda, planteándose el sentido de su existencia. Por eso quizá es tan complicado establecer una lectura única e inequívoca sobre lo que nos quiso transmitir Shakespeare. Y gracias a ello podemos ver en esa obra un reflejo personal de cada uno de nosotros independientemente de la época y del país en el que nos tocó vivir.
Jaroslaw Bielski
Director


Me ha vuelto a sorprender una vez más, pillándome de nuevo los dedos y con las manos vacías o sin las fuerzas suficientes como para aplaudir tanto como era merecido.
No se si será mi querido Shakespeare, lo magnifico que lo pudieron representar o los recuerdos que esta obra me conllevaba al haberla representado anteriormente.
Me sorprendió en inglés, me sorprendió nuestra interpretación y me ha sorprendido la interpretación del teatro Réplika.
He vuelto a ver la cara de felicidad en un actor y la que esta me generaba en mí, es satisfacción y entrega. Amor.
Y más aplausos para el maravilloso de Raúl Chacón (Hamlet)

3 comentarios:

CWM dijo...

quién sabe si algún día estarás tú encima de ese escenario, siendo aplaudida como a la que más.

Sólo depende de ti.

MrKuis dijo...

Caigo por aquí de rebote. Creo que no te conozco, pero leí por ahí algo de Los Amores Imprudentes, y bueno, lo de Hamlet es por demás.

Los chicos de Réplika se lo curraron, y Raúl sin duda, actuó mejor que si lo hubiera hecho el mismísimo Hamlet.

(Me pasaré más a menudo por aquí)

Un saludo!!

Raul dijo...

Simplemente, muchas gracias.

Raúl Chacón